lunes, 12 de mayo de 2008

Un Mundo de Alergicos


Las alergias crecen a un ritmo imparable. Aumentan el asma, la rinitis, la intolerancia al polen, a alimentos tales como el huevo y el marisco... Las hay para todos los gustos. Al látex, a los conservantes de las golosinas y otras más raras, como la sensibilidad extrema al frío, al agua de la lluvia, a los cebos de pesca...
Más de un 20% de la población, porcentaje que llega al 25% en las ciudades y se limita al 15% en los entornos rurales, sufre algún problema de salud de estas características. «Es una patología extendidísima y, curiosamente, la Universidad la mantiene en el olvido. Apenas tiene presencia en la carrera de Medicina», se queja el especialista Ignacio Ansotegui, presidente del próximo congreso europeo de la especialidad que se celebrará en Barcelona el próximo mes de junio. El experto trabaja como profesor y clínico en el Royal Hospital de Belfast.
Nadie sabe con exactitud qué está pasando. Una excesiva higiene que debilita el sistema de defensas humano, el aumento de las enfermedades autoinmunes, la contaminación atmosférica, el exceso de partículas diésel en la atmósfera... Todas esas y algunas razones más que aún se escapan al conocimiento científico han contribuido a la situación actual. Los expertos estiman que en el plazo de 15 años las alergias, un problema de las sociedades avanzadas, afectarán ya a la mitad de la población. «Es inconcebible que nuestros médicos no estén mejor formados», recalca Ansotegui, que defiende la necesidad de que se prepare a los médicos de Atención Primaria para lograr así una detección temprana que mejore la situación de los pacientes.
La alergia es una reacción excesiva del organismo ante un elemento que le resulta extraño. La presencia en el cuerpo de un enemigo que en realidad no lo es lleva al sistema de defensas a desarrollar una respuesta inmune, a generar anticuerpos contra el elemento que en realidad puede ser tan beneficioso para él como un alimento. La inmunidad se equivoca, responde ante un ataque que no es tal y se prepara para hacer frente a futuras situaciones similares. Es el momento de ponerse en contacto con un especialista.
Bichos en la almohada
En determinados casos, no en todas las alergias, la falta de la protección adecuada puede desencadenar lo que se llama un choque anafiláctico. El sistema de defensas reconoce al falso intruso y provoca tal respuesta inmunitaria que desencadena una parada cardiorespiratoria a la que sólo podrá hacerse frente con una inyección de adrenalina. Esa sustancia permitirá al afectado mantener el pulso y la respiración durante el tiempo suficiente como para llegar a un hospital y ser atendido por manos expertas.
La anafilaxia se presenta en forma de urticaria, asma y conjuntivitis. Falla la respiración y uno se arriesga a sufrir un síncope. No todas las alergias acaban así, pero algunas muy extendidas, como la intolerancia a medicamentos -a determinados fármacos, no a todos- sí llega a generarla.
Un 15% de los pacientes que se someten a pruebas de alergia descubren su incompatibilidad con determinadas medicinas. «Lo importante es detectar a tiempo todos los casos posibles para poder darles un buen tratamiento», explica Ansotegui. «Un episodio así se evita llevando una dosis anafiláctica en el bolsillo,un fármaco autoinyectable que utilizan muchos apicultores alérgicos a las abejas, que saben que con su trabajo están expuestos de manera permanente». La dosis viene en un dispositivo que es como un bolígrafo. Se le quita el tapón, se coloca sobre la pierna y el mecanismo dispara automáticamente la adrenalina.
Menos grave, porque no llega a causar episodios de este extremo, pero mucho más extendida en nuestro medio, es la alergia a los ácaros, unos diminutos microbios con forma de araña, visibles sólo al microscopio y que están por todas partes. La gente suele llamarla comúnmente alergia al polvo y las condiciones de humedad relativa del norte del país, especialmente el área de Cantabria, convierten a la región en un medio propicio para estos bichos, aunque también se da en ciertas zonas de Andalucía. Las escamas de la piel constituyen su principal alimento y les gusta vivir en camas y almohadas, un espacio que siempre se cree limpio, a salvo del polvo, pero que no escapa a la acción de los ácaros.
La nariz bloqueada
«Nos pasamos la noche con la nariz apoyada en la almohada. Cuando entramos en contacto con estos alérgenos -detalla el especialista- se produce una inflamación que muchas personas atribuyen a un catarro, pero no lo es. De hecho, se levantan con la nariz bloqueada y según salen a la calle se les va despejando. Pasan el día con normalidad, lejos del agente que les provoca la alergia y, cuando vuelven a casa, la nariz se bloquea de nuevo».
La auténtica amenaza en primavera es, sin embargo, el polen, que comenzará a castigar a los afectados entre este y el mes que viene. Las gramíneas constituyen una de las familias más numerosas de la botánica, con cerca de 12.000 especies diferentes. Están por todas partes, tan extendidas que suponen el 20% de la superficie vegetal del mundo. Trigo, cebada, centeno, maíz, arroz, caña de azúcar...
La previsión apunta a que las concentraciones de polen de gramíneas se reducirá este año a la mitad. Los 6.500 granos por metro cúbico del año pasado, que fue brutal, se quedarán éste en 3.500.
http://www.llave.connmed.com.ar/portalnoticias_vernoticia.php?codigonoticia=14903