jueves, 23 de septiembre de 2010

La natación, eficaz contra el asma

Según una investigación, la natación demostró ser una efectiva intervención no farmacológica para niños y adolescentes

La natación es una excelente manera de paliar los síntomas que el asma genera en los más chicos. Según una investigación, la natación demostró ser 'una efectiva intervención no farmacológica para niños y adolescentes', según el estudio publicado en la revista especializada Respirology.

Los investigadores dividieron a los niños con asma en dos grupos, cuyas edades eran de siete a doce años, en dos grupos.

Un grupo siguió un programa de seis semanas de natación, que se sumó a los tratamientos usuales de su asma.

Posteriormente, el programa reveló que todos los niños que nadaron durante más de un mes, de forma regular, mostraron una mejoría significativa en todas las variables clínicas del asma, incluidos síntomas tales como hospitalizaciones, consultas de emergencia y ausentismo escolar.

La investigación también reportó mejoras que incluyeron menor severidad del asma, la respiración, el ronquido y la confianza en sí mismos, además de una menor sensación general de discapacidad.

'A diferencia de otros deportes, la natación es poco probable que genere un ataque de asma. Además de mejorar el asma, natación promueve un desarrollo físico y psicológico muy saludable para un asmático, incluyendo el aumento de volumen pulmonar, el desarrollo de buenas técnicas de respiración y la mejora general de estado físico', dijo el autor principal del estudio, el doctor Wang Jeng – Shing.

Shing, quien es profesor de la Universidad de Tapei, en Japón, expresó que “no sólo la natación es una excelente forma de ejercicio para los chicos con asma en forma puntual; seguimos encontrando beneficios aun un año después de terminado el programa de intervención de natación'.


Jeng-Shing WANG, Wen-Ping HUNG. The effects of a swimming intervention for children with asthma. Respirology Volume 14, Issue 6, pages 838–842, August 2009. Article first published online: 17 AUG 2009

lunes, 20 de septiembre de 2010

Paracetamol y vacunas: es adecuado su uso profilactivo?

En lactantes la administración de paracetamol profiláctica parece disminuir la fiebre post-vacunal, aunque pudiendo reducir la respuesta inmune.
Autor: Buñuel Álvarez JC
Resumen Estructurado
Objetivo: evaluar el efecto de la administración profiláctica de paracetamol en lactantes al momento de la vacunación y durante las 24 hs posteriores, sobre las reacciones a las vacunas (fiebre) y sobre la respuesta inmunitaria al antígeno vacunal.
Diseño: ensayo consecutivo (dosis primarias y refuerzo), fase 3, aleatorizado, controlado y abierto.
Emplazamiento: atención primaria. Diez centros de la República Checa.
Población en estudio: compuesta por459lactantes sanos de 9 a 16 semanas de edad en el momento de enrolarse y 414de 12 a 15 meses en el momento del refuerzo. Los niños fueron asignados al azar a dos grupos: 1) paracetamol (n = 226) y 2) ningún tratamiento antipirético (n = 233).
Intervención: el tratamiento antipirético profiláctico consistió en tres dosis de paracetamol administradas en forma de supositorio dentro de las primeras 24 hs después de cada vacuna. La primera dosis de paracetamol fue administrada por un miembro del equipo de investigación inmediatamente antes de la vacunación, y la 2ª y 3ª fueron aplicadas en el domicilio, por los padres o cuidadores, cada 6 u 8 hs, en una dosis aproximada de 53 mg/kg/día. El grupo control no recibió placebo. La vacunación primaria se realizó con vacuna decavalente para neumococo, (vacuna conjugada con proteína D para Haemophylus influenzae (PhiD-CV)), coadministrada con vacuna hexavalente para difteria, tétanos, acelular de 3 componentes para pertusis, vacuna contra hepatitis B, vacuna inactivada contra virus de poliomielitis tipos 1,2 y 3, y vacuna contra H influenzae tipo b (DPTa-HBV-IPV/Hib), además de vacuna oral contra rotavirus (HRV) , seguidas por una dosis de refuerzo de PhiD-CV y DPTa-HBV-IPV/Hib, a los 3,4 y 5 meses de edad y entre los 12 y los 15 meses.
Medición del resultado: los padres o cuidadores midieron la temperatura rectal al atardecer del día de la vacunación y por la mañana y en la tarde del primer día después de la vacunación en ambos grupos. La temperatura más alta fue registrada cada día. Se tomaron muestras de sangre antes de la primera dosis y un mes después de completar la vacunación primaria. Se tomó también una muestra un mes después de la dosis de refuerzo. El suero fue analizado mediante métodos validados para medir las concentraciones de anticuerpos específicos para cada uno de los antígenos vacunales. Se midió también la actividad opsonofagocítica.
Resultados principales: el porcentaje de niños con temperatura ≥ 38° C después de al menos una dosis de vacunación primaria fue significativamente menor en el grupo de profilaxis con paracetamol: 94/226 (42%) (número necesario de niños a tratar con antitérmicos para prevenir fiebre en uno [NNT]: 4,08 [intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 3,00 a 3,69) y de 64/178 (36%) después del refuerzo (NTT: 4,51; IC 95% 3,09 a 8,34). En el grupo en que no se utilizó profilaxis, 154/233 (66%) presentaron fiebre después de la vacunación primaria y 100/172 (58%) después del refuerzo La concentración geométrica de anticuerpos (GMCs) fue significativamente menor en el grupo de profilaxis con paracetamol que en el grupo sin profilaxis después de la vacunación primaria para los diez serotipos de vacuna antineumocócica, proteína D, polisacárido capsular del H influenzae tipo b, antitétanos, antidifteria, y antipertactina. Luego de la administración del refuerzo, las GMCs permanecieron menores en el grupo de profilaxis para antitétanos, proteina D, y los diez serotipos de neumococo. La significación estadística se basó en que no se superpusiesen los intervalos de confianza del 95% (IC 95%). Considerando alcanzar los puntos de corte de eficacia, para los títulos de anticuerpos opsonofagocíticos, solamente en primovacunación hubo peores porcentajes en el grupo de intervención para los serotipos 1, 5 y 6 B de neumococo y para Haemophylus influenzae b, y no hubo diferencias para ningún antígeno vacunal en las dosis de refuerzo.
Conclusión: a pesar de que las reacciones febriles disminuyen significativamente, la administración profiláctica de paracetamol en el momento de la vacunación no debe recomendarse, pues reduce la respuesta de anticuerpos contra varios antígenos vacunales.
Conflicto de intereses: cuatro firmantes del artículo son empleados de GlaxoSmithKline.
Fuente de financiación: GlaxoSmithKline Biologicals (Bélgica).