domingo, 4 de noviembre de 2007

Trastornos del sueño

Cuando las alteraciones normales del sueño infantil, se presentan en una intensidad y frecuencia que comprometen el curso normal del desarrollo evolutivo del niño, entonces hablamos de trastorno del sueño. Generalmente viene acompañado de una alteración de la dinámica familiar.

Los Trastornos del Sueño más frecuentes son:
a) Sueño Inquieto: se expresa por medio de reacciones aisladas o combinadas tales como saltos en la cama, vueltas, gritos, rechinar de dientes, facilidad para despertarse, dificultad para volverse a dormir y somniloquios (hablar dormido). En la primera infancia, obedecen generalmente al malestar físico producido por hambre, sed, la humedad del pañal o sábana, frío, calor y malestares digestivos. En los niños de cualquier edad, con patologías orgánicas como dificultades respiratorias, rinitis, prurito, procesos febriles, puede perturbarse la tranquilidad del sueño. Causas de tipo emocional pueden ser responsables de sueño intranquilo en niños entre los 3 y 6 años, como por ejemplo: pautas de conducta muy exigentes, cambios de domicilio y escuela, conflictos familiares, miedos, pérdidas significativas (familiar, amistad, mascota) y otras.

b) Insomnio: se refiere a la incapacidad crónica para dormir. Se considera insomnio, cuando las horas de sueño son frecuentemente menores a las consideradas normales para su edad, y además va acompañado de inquietud, irritabilidad, malestar y fastidio del pequeño durante el día. El verdadero insomnio es poco frecuente en niños.

c) Terror Nocturno: es un motivo de consulta bastante frecuente, por lo dramático del episodio produce gran angustia en los padres. La inmadurez neurológica puede ser un factor desencadenante de esta entidad. Se ha relacionado con factores emocionales del niño y de la familia. Las características son: * aparece entre los 4 y 10 años de edad, * se presentan episodios repetidos de despertar brusco con un grito de angustia, una o tres horas después de dormido, * el niño se sienta en la cama, tiene los ojos abiertos, expresión de terror, la mirada fija, se queja, pero no es consciente del entorno, por lo que el intento de los padres de despertarlo es inútil, * puede acompañarse de aumento de frecuencia cardíaca y respiratoria, además de sudoración, * en la mañana no recuerda el episodio.

d) Pesadillas: son reacciones casi siempre relacionadas con la ansiedad asociada a sueños espantosos. Estos sueños tienen que ver con situaciones generadoras de ansiedad reales o fantásticas (películas, relatos, cuentos). En las pesadillas, el niño se despierta algo confundido, llorando, pero reconoce a las personas que le rodean y suele calmarse con esta compañía, al día siguiente es capaz de relatar su “sueño malo”. Son más frecuentes en niños por encima de los 5 años.

e) Sonambulismo: en éste, el niño se levanta dormido con los ojos abiertos y se conduce como un autómata, después de deambular durante algunos minutos, vuelve a la cama o dócilmente se deja llevar, y al día siguiente no recuerda nada. Los diversos estudios no han demostrado psicopatología verdadera, sólo niveles de ansiedad. Su frecuencia es baja, se ha señalado entre 1 a 6 % de la población en general, se presenta en niños mayores de 7 años.

¿Qué hacer en estos casos?
Para empezar, no perder el control de la situación y reconocer estas tres condiciones:
1- Cada niño tiene su individualidad con respecto al sueño, siempre dentro de los parámetros esperados para su edad.
2- La mayoría de los problemas del niño arrancan desde las primeras edades, debido al inadecuado entrenamiento impartido por los padres y/o cuidadores.
3- Las situaciones del ambiente familiar tienen una gran influencia en la generación y mantenimiento de estas conductas.
Una vez reconocido lo anterior, lo ideal es importante valorar a su hijo para descartar causas orgánicas que origine tal alteración, y tratar de buscar alternativas para corregir esta situacion y en caso necesario remitirlo a un especialista en conducta infantil

Cuanto duerme un niño?

El siguiente artículo es para orientar a los padres en cuanto al promedio de horas por dia que duerme un niño desde el nacimento hasta los 3 o 4 años aproximadamente.
Estos valores son promedios , puede que tu hijo duerma 2 horas más o 2 horas menos que lo que expresa el artículo sin que ésto sea anormal.
Habla con tu pediatra acerca del sueño de tu hijo. Recuerda que si cursa una enfermedad es probable que el sueño aumente, y que en dicho caso debe consultar con el médico para buscar la causa de la misma.
EL RECIEN NACIDOLos bebés recién nacidos duermen en períodos que varían de 2 a 5 o 6 horas (como máximo). Llegando a las 16 o 17 horas diarias. La gran mayoría de los niños recién nacidos duermen entre 2 y 4 horas. Hay algunos más remolones y debes despertarlo para tomar el pecho.
AL MES DE VIDA Duermen unas 15 a 16 horas diarias.
AL TERCER MESLos niños duermen unas 14 a 15 hs. diarias.
AL SEXTO MESDuermen unas 14 horas por día, el sueño nocturno varía entre 10 y 12 horas y las siestas entre 2 y 4 horas aproximadamente.El niño si está bien acostumbrado puede dormir toda la noche sin invonvenientes.
AL AÑO DE VIDADuermen unas 13 a 14 horas diarias aproximadamente, siendo los períodos de siesta de alrededor de una a dos horas, generalmente luego de comer.
A LOS 2 AÑOS DE VIDADuermen entre 12 y 13 horas diarias, con períodos de siesta de una hora aproximadamente.A LOS 3 AÑOS DE VIDADuermen unas 12 horas diarias.
Recuerda que ésto es un promedio que sirve de orientación y que cada niño tiene sus tiempos y necesidades, pueden tener un buen descanso con 2 horas más o 2 horas menos que las expresadas.
Un niño sano, activo, vivaz y bien enseñado por sus padres no tiene inconveniente con el sueño.

Como hacer que el Bebe se duerma

Una consulta habitual en pediatría es sobre el sueño del niño, las dificultades para conciliar el mismo, el despertarse en la madrugada y junto a ello el agregado del llanto, que hace muchas veces que la casa se movilice en horarios nocturnos de una manera irregular. Es frecuente escuchar y observar la angustia que se genera en los padres cuando relatan todas las ceremonias a veces bastante complejas para lograr que el niño se duerma y el cansancio crónico que sufren tanto hijo como padres. Esto produce alteración de la armonía y organización familiar. Para entender porque sucede ésto debemos conocer algunos conceptos básicos sobre el sueño normal del niño y el resto dependerá del temperamento , de la enseñanza y hábitos de crianza que se le imparta a los niños desde muy corta edad.
En los adultos se conocen dos etapas bien diferenciadas del sueño:
Simplificando podemos decir que se inicia con el sueño NO R.E.M. (sin movimientos oculares rápidos) de una duración aproximada de hasta 90 minutos cada ciclo (durante una noche se cumplen varios ciclos de este tipo). Este tipo de sueño es un sueño calmo difícil de ser interrumpido,con ritmos cardíacos y respiratorios regulares y tono muscular normal. "Es un sueño profundo".
Le sigue una segunda fase el sueño R.E.M. (con movimientos oculares rápidos) también llamado activo.En él se observan movimientos corporales , quejidos, vocalizaciones, tanto el ritmo cardíaco como el respiratorio se aceleran y el despertar es más fácil.
Estas dos etapas se van alternando durante la noche entre 4 y 5 veces con ciclos que duran entre 90 y 100 minutos aproximadamente.
En la persona adulta durante la primer mitad de la noche predomina como es lógico el sueño NO R.E.M.
Que pasa en los niños pequeños?En los niños pequeños ésto no sucede así. las etapas de sueño y de vigilia no son tan claras, su diferenciación se va logrando con la progresiva maduración del Sistema Nervioso Central.Durante los 2 primeros meses el dormir del niño se inicia con el sueño R.E.M. o sueño activo, es común que los padres comenten que su niño se despierta fácilmente, o al poco tiempo de haberse dormido, o que observan movimientos de todo el cuerpo, todo lo cual es normal encontrarlo en ésta fase de sueño liviano.Le sigue la fase de un sueño NO R.E.M. o sueño tranquilo. Ambas fases se van alternando durante toda la noche con ciclos que duran entre 50 a 60 minutos (a diferencia de los 90 a 100 minutos del adulto).
Entre ambas fases a su vez existen otras con un sueño indeterminado, transitorio que no comparte características ni con R.E.M. ni con los NO R.E.M., es llamado sueño Transicional presente cuanto más pequeño es el niño.

Con el paso de los días el pequeño crece, se desarrolla y sus funciones mejoran , disminuyendo el sueño R.E.M., el inicio del sueño va siendo reemplazado para comenzar con el sueño NO R.E.M. (como en el adulto).Hacia los 6 meses de vida estos cambios son más notables para llegar al año de vida con mayor porcentaje del sueño tranquilo o NO R.E.M. (50%) e igual porcentaje (25%) para el sueño R.E.M. y Transicional. Con el crecimiento no sólo disminuyen las horas de sueño diurno y por ende las horas totales de sueño.
Conociendo éstas características del sueño en los bebés se evitarán cometer errores tan habituales de obsevar con respecto al dormir del niño.
Muy importante es comprender, aprender y dejar que aprendan los pequeños a dormirse solos, desde muy corta edad.

Si el llanto arremete con toda su furia o no, teniendo en consideración que sus necesidades (hambre, se orino o evacuo, etc.) ya fueron satisfechas, se debe dejar sin temor alguno, llorar al niño. Y bien importante:
· No ofrecerle el biberón o el seno materno (si ya se alimentó).
· No levantarlo de la cuna.
· No mecerlo ni darle palmaditas en la espalda
· No agregarle ningún factor externo para que concilie el sueño (televisión, música estridente, pasarlo de mano en mano de familiares, pasarlo a la cama , etc.)
Es esperable que el pequeño demande y espere cada vez que se despierta estos pequeños actos y a veces otros más complejos como salidas en cochecito u otro vehículo, si se lo acostumbró a iniciar su sueño de esta forma. De allí la importancia de conocer para no dejarse llevar por la angustia y la culpa de creer que no se está haciendo nada, NO!! todo lo contrario!! deben tener la certeza, firmeza, confianza y el mutuo acuerdo entre padre y madre, de enfrentar la situación del llanto, a veces, inconsolable, el cual no durará más de 1 semana y será cada vez menos inquietante. El niño aprenderá a dormirse solo en su cuna sin la necesidad de la intervención de sus padres, se mantendrá asi la armonía familiar y lo más importante, el pequeño ávido de aprender no pierde su oportunidad de aprendizaje.
Buenas Noches y Felices Sueños...